Fueron ocho los disparos que alcanzaron al electricista brasileño Jean-Charles de Menezes cuando, desarmado e indefenso, estaba tendido en el suelo en un vagón de metro de la estación londinense de Stockwell. Los primeros datos de la investigación sobre la muerte del hombre al que las fuerzas de seguridad confundieron con un terrorista suicida revelan que la víctima recibió siete tiros en la cabeza y uno en el hombro. El ministro de Exteriores británico, Jack Straw, prometió que las autoridades británicas ofrecerán una indemnización económica a la familia del fallecido, la cual "agilizarán" y evaluarán "con simpatía". Hasta ayer se creía que el brasileño había recibido cinco disparos.

Straw confirmó que Menezes se hallaba en el Reino Unido con los papeles en regla, desmintiendo informaciones previas de los servicios de inmigración según las cuales el joven tenía caducado su visado de estudiante y se hallaba en situación ilegal. Algunas fuentes británicas llegaron a sugerir que el brasileño echó a correr a causa de su situación clandestina. El titular del Foreign Office compareció en una tensa rueda de prensa junto a su homólogo brasileño, Celso Amorim, al que expresó su pesar.

LAS QUEJAS DE AMORIM "Es importante que sepamos las razones del error", señaló Amorim, quien dijo que confía en la investigación que ha iniciado la Comisión Independiente de Quejas a la Policía. El responsable brasileño apuntó que es "muy importante" que la familia de Menezes, a la que describió como "muy humilde", tenga una compensación económica. Y puso de manifiesto el descontento del Gobierno brasileño con lo sucedido al afirmar ante Straw que "la lucha contra el terrorismo debe hacerse dentro del respeto de los derechos humanos".

Por la mañana, el ministro brasileño se había reunido con los familiares de Menezes residentes en el Reino Unido y había lamentado "la muerte de un brasileño inocente de forma absurda". Amorim dijo que había recibido instrucciones del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, para defender a la familia.

El jefe de la diplomacia británica prometió que se gestionará el retorno del cuerpo del fallecido a Brasil lo más rápidamente posible, pero después de que los forenses hayan llevado a cabo sus indagaciones. Mientras, los allegados de la víctima siguen considerando la posibilidad de querellarse contra Scotland Yard. La familia de Menezes estará representada por el bufete de Gareth Pierce, conocida abogada especializada en derechos humanos. El primer ministro, Tony Blair, dijo "lamentar profundamente" la muerte de un inocente y "comprender los sentimientos de su familia".

Entretanto, las investigaciones prosiguen, con los interrogatorios de cinco detenidos --dos más fueron capturados ayer-- que podrían estar relacionados con los terroristas. Ninguno es alguno de los individuos que atacaron el jueves. Pero Blair subrayó que "la policía está haciendo su trabajo en circunstancias muy difíciles" y dijo que "hay que entenderla". "Si se hubiera tratado de un terrorista y la policía hubiera fallado, entonces se habría criticado" a la policía, indicó.