La ciudad de Vladivostok (en el este de Rusia) estaba ayer sumida en la cólera después de que la policía antidisturbios aplastara violentamente una manifestación contra la política del Gobierno de Vladimir Putin. Las protestas comenzaron en varias regiones rusas contra el aumento de los aranceles de importación de automóviles, pero pronto adquirieron un cariz político. Miles de activistas que se habían congregado el domingo en la plaza central de Vladivostok comenzaron instando al Gobierno a que revisara su decisión de subir los aranceles para proteger a los fabricantes nacionales, pero más tarde exigieron la dimisión del Gabinete de Putin. Las fuerzas antidisturbios golpearon a los manifestantes y atacaron a los periodistas. Decenas de personas fueron detenidas.

Como resultado del ataque desproporcionado de los antidisturbios, solo un canal de televisión privado dio de forma breve la noticia, y los principales canales estatales guardaron silencio. Los servicios especiales se dirigieron a los propietarios de los principales portales de internet rusos para que borrasen toda referencia a la represalia.

Miles de personas se manifestaron contra el aumento de un 100% de los aranceles de importación de automóviles usados, aprobado en diciembre.