La muerte en Gaza en dos semanas de 37 civiles palestinos, entre ellos 7 niños, por bombardeos israelís, ha generado un debate en Israel sobre los métodos de su Ejército en la lucha contra el lanzamiento de cohetes Qasam. Una organización de reservistas llamada Coraje para Rechazar conminó ayer a los soldados a "rechazar bombardear Gaza y llevar a cabo lo que claramente son órdenes ilegales".

No son muchas las voces que en la sociedad israelí se oponen a los métodos de su Ejército, pero las pocas que hay se dejan oír. A Coraje para Rechazar se une una publicidad a toda página publicada ayer en la prensa por la Asociación de Derechos Civiles que reza: "No matéis a más niños en nombre de nuestra seguridad". B´Tselem, otra organización de derechos humanos, calificó de "crímenes de guerra" los bombardeos sobre Gaza. En la misma línea, Coraje para Rechazar afirma que "bombardear la zona más poblada del mundo es un crimen de guerra que daña el espíritu del Ejército y mina la seguridad del país".

Sderot --la ciudad israelí que sufre los Qasam-- y Gaza simbolizan los dos polos del debate, en el que el Gobierno de Ehud Olmert intenta mantener una postura equidistante entre los que, como el líder del Likud, Binyamin Netanyahu, exigen "borrar Gaza del mapa" y quienes lamentan los métodos de su Ejército. Los defensores de poner fin a los bombardeos esgrimen argumentos militares (la desproporción entre los artesanales Qasam y las sofisticadas armas israelís), morales (las muertes de civiles) y prácticos, ya que consideran que a cada ataque en Gaza le sucede un diluvio de Qasam.

En medio de este debate, la Comisión Europea anunció ayer que la UE aportará 105 millones al nuevo mecanismo financiero internacional de ayuda a la población palestina, que tiene como objetivo facilitar ayuda directa a la población palestina para asfixiar financieramente al Gobierno integrista de Hamás.