La prensa de Rupert Murdoch le llamaba "el okupa" de Downing Street. Tras agotar todas las opciones, Brown abandonó la residencia oficial por sorpresa. Aún no habían acabado las conversaciones entre liberales y conservadores cuando anunció su renuncia. Lo hizo de la mano de su esposa Sarah y de sus dos hijos, John, de 7 años, y Fraser, de 4. No había pasado una hora cuando David Cameron y Sam, embarazada de su cuarto hijo, llegaban allí. Un traslado más simbólico que real.