Dos kamikazes hicieron estallar ayer en Irbil (norte de Irak) sus cinturones de explosivos en las sedes de los dos partidos kurdos aliados de Estados Unidos. Las deflagraciones causaron al menos 56 muertos y unos 200 heridos, además de diezmar a las direcciones de estas organizaciones políticas que han colaborado con las tropas ocupantes.

Inmediatamente después, el ministro de Exteriores iraquí, el kurdo Hoshiyar Zebari, responsabilizó a Al Qaeda y a sus aliados de Ansar al Islam de las acciones terroristas en el Kurdistán. El hecho de que la resistencia iraquí haya orientado sus ataques contra los dirigentes kurdos puede complicar más el proceso de transferencia de la soberanía a los iraquís al acentuar las divergencias entre kurdos y árabes, y entre sunís y shiís.

FESTIVIDAD MUSULMANA Coincidiendo con la fiesta musulmana del sacrificio, los controles en Irbil fueron ayer algo más laxos, circunstancia que aprovecharon los suicidas para colarse entre los invitados que iban a dar sus parabienes a los dirigentes locales del Partido Democrático del Kurdistán (PDK, de Masud Barzani) y de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK, de Jalal Talabani). Según declaró el jefe de seguridad del PDK en Irbil, que se encuentra entre los heridos, uno de los suicidas se acercó a Shaukat Sheij Yezdin, ministro kurdo de Asuntos Gubernamentales, y a Sami Abdel Rahman, número tres del partido, y tras estrechar su mano accionó el cinturón de explosivos. Entre las víctimas está también el gobernador de Irbil, Akram Mantik.

"Desde hace 15 días, se habían instalado puestos de control en la ciudad, pero se trata de una tradición: en esta fiesta, no se registra a los visitantes, por lo que los atacantes pudieron mezclarse entre los convidados", afirmó Gerard Gauthier, un francés afincado en Irbil desde 1999.

En una acción perfectamente coordinada, cinco minutos después, otro kamikaze atentó contra la sede del UPK, pero el efecto devastador de la explosión fue menor porque un guardia detectó la presencia del suicida y trató de expulsarlo del local.

Los numerosos heridos desbordaron la capacidad de los hospitales de Irbil, cuyos médicos celebraban la Fiesta del Sacrificio. Los cadáveres y los heridos se amontonaron en los pasillos de los centros hospitalarios, en una ciudad sumida en el caos.

BASE EXTREMEÑA En Diwaniya, el equipo de artificieros de la Plus Ultra ha tenido que hacer explotar una bomba de fabricación casera localizada en un puente. El artefacto, cuya existencia había sido denunciada por la policía local iraquí, estaba compuesto por un bote metálico que escondía en su interior un iniciador y una granada de mano con una cuerda enrollada en el seguro para su activación. El sistema se completaba con un kilo explosivo. Este hecho se suma al ataque con granadas que ha sufrido en la última semana la Base España, donde están los 600 soldados extremeños.