La resistencia iraquí lanzó ayer una serie de ataques con explosivos contra el ayuntamiento y varias comisarías de Samarra, en un intento por demostrar que el Gobierno interino iraquí todavía no tiene la ciudad bajo control. La ofensiva rebelde, que utilizó como armas los coches bomba y los proyectiles de mortero, acabó con la vida de al menos 34 personas, la mayoría miembros de las fuerzas de seguridad, y dejó más de 40 heridos. En Ramadi, ciudad que junto a Faluya está cercada por el Ejército de EEUU, 20 soldados estadounidenses resultaron heridos en otra acción de la insurgencia.

A primera hora de la mañana, dos coches bomba estallaron junto a la municipalidad de Samarra y un control de seguridad próximo. Entre las 20 víctimas que causaron se encuentra el general Abdul Razzak al-Jarmin, comandante de las Fuerzas de Reacción Rápida de la ciudad. Poco después, los insurgentes lanzaron otro vehículo cargado con explosivos contra un convoy militar estadounidense. En esta ocasión, no hubo víctimas aunque, tres horas más tarde, la explosión de otro coche bomba conducido por un suicida mató a 10 uniformados en una comisaría del sur de la ciudad.

GOTEO DE VICTIMAS Los rebeldes atacaron de forma simultánea otros tres puestos policiales, del centro, sur y este de la ciudad. Cuatro agentes murieron, otros 17 resultaron heridos y 10 fueron capturados por los rebeldes. La policía iraquí informó también ayer de la muerte de 12 miembros de la Guardia Nacional iraquí, cuyos cuerpos fueron hallados en Latifiya, 55 kilómetros al sur de Bagdad. Las víctimas habían sido secuestradas en octubre por el grupo Seguidores de la Sunna.

La ciudad de Samarra, situada 125 kilómetros al norte de Bagdad, en el llamado triángulo suní, fue reconquistada por las tropas estadounidenses a principios del mes de octubre en una ofensiva que se cobró la vida de 150 personas. Ahora, EEUU se prepara para lanzar otra gran batalla contra Faluya y Ramadi.

En las inmediaciones de esta última ciudad, situada 110 kilómetros al oeste de Bagdad, 20 marines resultaron heridos al estallar un coche bomba al paso del convoy militar en el que viajaban. Otros dos soldados estadounidenses resultaron también heridos, y un civil muerto, en otro atentado con coche bomba en la carretera que conduce al aeropuerto de Bagdad.

OBJETIVOS CIVILES En Faluya, por su lado, los raids aéreos de ayer, los más feroces de los últimos meses, acabaron con la vida de dos personas e hirieron a siete, entre ellos mujeres y niños, según fuentes sanitarias. Las bombas destruyeron una pequeña clínica, un centro sanitario que suministraba medicinas al principal hospital de la ciudad y docenas de casas.

Entretanto, el grupo armado que lidera el jordano Abú Musab al Zarqaui, emitió ayer un comunicado en el que pide a los secuestradores de Margaret Hasan, directora de la ONG Care, que la pongan en libertad "salvo que se demuestre que es una colaboracionista". Ayer, la policía iraquí informó del hallazgo, cerca de Ramadi, de los cadáveres tiroteados de dos rehenes hombres que podrían corresponder a un iraquí y a un sudanés.

Desde Arabia Saudí, un grupo de 26 dirigentes religiosos emitió un comunicado de apoyo a la insurgencia. "La resistencia --dice el texto divulgado-- es un derecho legítimo. De hecho, el deber legítimo del pueblo iraquí es defenderse, defender su honor, su tierra y su petróleo".