El líder conservador, David Cameron, culpó ayer a Gordon Brown de todos los males que sufre la economía del Reino Unido, pero los británicos han redoblado su confianza en el primer ministro durante la crisis financiera. El resquebrajamiento de la banca había obligado a Cameron a enterrar el hacha de guerra y respaldar al Gobierno en las últimas semanas. Durante ese tiempo, los tories , cada vez más nerviosos, han visto su ventaja acortarse peligrosamente en los sondeos.

"Necesitamos un cambio que enmiende nuestra economía rota", afirmó Cameron, quien acusó a Brown de haber ejercido un "capitalismo irresponsable" y a los laboristas, de abrazar la economía del libre mercado.