El líder opositor afgano, Abdulá Abdulá, anunció ayer que no se medirá al actual presidente del país, Hamid Karzai, en la segunda vuelta electoral prevista para el próximo sábado. "No participaré en las elecciones del 7 de noviembre porque no es posible una elección transparente", dijo Abdulá con voz entrecortada y ojos llorosos frente a centenares de partidarios. El político afgano, sin embargo, se abstuvo de pedir el boicot a los comicios e insistió a sus seguidores para que no salgan a la calle a protestar y así evitar actos de violencia.

Abdulá se limitó a confirmar una decisión que ya se sabía de antemano. La oposición denunció el sábado que Karzai no había cumplido con las tres condiciones que exigía Abdulá para volver a las urnas: destituir al jefe de la Comisión Electoral Independiente (CEI), proclive al presidente, la dimisión de varios ministros del Gobierno y que 20.000 de sus seguidores pudieran actuar como interventores durante la jornada electoral. Solo aprobó esta última.

ABUSO DE PODER "Hablé con Karzai sobre el abuso de poder de la CEI, pero lo negó y no ha hecho nada para destituir a sus miembros", manifestó Abdulá. En la primera vuelta, celebrada el pasado agosto, el CEI avanzó como ganador a Karzai con más del 50% de los votos, un porcentaje que quedó reducido al 49,6% después de que el Comité Electoral de Quejas (CEQ), apoyado por la ONU, diera cuenta de irregularidades y anulara centenares de miles de papeletas.

Está previsto que hoy se reúnan los miembros de la CEI para decidir si, pese a la retirada de Abdulá, se sigue con el proceso y se celebran las elecciones. "La ley es clara. Habrá segunda vuelta", adelantó ayer a la agencia France Press Daoud Ali Najadi, uno de los miembros del CEI. "Si el pueblo afgano decide votar por Abdulá, sus votos serán contados", añadió. La ley del país permite que un solo candidato se presente a unas elecciones.

El propio Karzai se mostró partidario de volver a abrir las urnas. "Como ciudadano afgano y candidato espero que las elecciones se celebren y que el pueblo elija a su presidente", declaró a una radio local. El jefe de la ONU en Afganistán, Kai Eide, se limitó a decir que el proceso electoral debe concluir "de una manera legal y oportuna". Su portavoz, Aleen Siddiqui, se expresó con menos diplomacia y remarcó la evidencia: "es difícil llevar a cabo una elección con un solo candidato", dijo.

La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, tras dejar claro que su país "apoyará al próximo presidente y al pueblo de Afganistán", afirmó que son las autoridades de Kabul las que deben de decir cuál es el siguiente paso, según dictan las leyes y la Constitución del país asiático.

El primer ministro británico, Gordon Brown, por su lado, habló por teléfono con Karzai. Según desveló, el presidente afgano le dijo que anunciará "un manifiesto de unidad para el pueblo afgano".

NEGOCIACION Algunas fuentes señalaron ayer que tanto Karzai como Abdulá estuvieron negociando hasta última hora un posible acuerdo que permitiera un salida menos traumática a la crisis. Washington veía con buenos ojos la formación de un Gobierno de unidad nacional. Para los analistas, la decisión de Adbulá de no pedir el boicot de los comicios indica que aún hay margen para una salida negociada.