Los líderes del Grupo de los Ocho intentarán transmitir a la comunidad internacional un mensaje de confianza económica, que permita remontar la actual crisis mundial. El presidente francés, Jacques Chirac, quiere que el comunicado final del G-8 reafirme el compromiso de sus miembros a proseguir las reformas que faciliten el crecimiento y la creación de empleo y que eviten nuevos escándalos financieros.

Chirac también defenderá que la nueva apertura del comercio mundial se realice a través de "reglas de juego precisas", que respeten los derechos humanos, la protección del medio ambiente y las diferencias culturales.

La intención del presidente norteamericano, George Bush, de presionar a la UE para que acepten plantar alimentos genéticamente modificados puede dificultar que se dé un impulso efectivo a las negociaciones para liberalizar el comercio mundial.

La cumbre de Evian reafirmará también la voluntad de los líderes mundiales de intensificar su cooperación y sus esfuerzos para reforzar la seguridad internacional.