Sorpresa. A dos días de su entrada en vigor, el llamado impuesto sobre el carbono , la medida estrella del presidente francés, Nicolas Sarkozy, para luchar contra el cambio climático, no pasó la prueba del Consejo Constitucional.

El objetivo de la reforma, en palabras del propio Sarkozy al presentarla, era "reforzar la fiscalidad que grava las actividades contaminantes y reducir la que pesa sobre el trabajo". El Consejo Constitucional ha considerado que el nuevo impuesto presentaba demasiadas exenciones.

El Gobierno dijo "tomar nota" de la decisión de los jueces, pero se reafirmó en que "Francia tiene que seguir al frente del combate a favor del medio ambiente" y anunció que revisará su propuesta en breve. Para la líder socialista, Martine Aubry, es un "fiasco personal" del presidente, que guardaba silencio.