La tensión continúa latente en la localidad de Rosarno, en el sur de Italia, tras la revuelta originada ayer por un grupo de inmigrantes en respuesta al ataque cometido por unos desconocidos y en el que dos ciudadanos extranjeros resultaron heridos. Esta mañana, gran parte de la población ha preferido quedarse en casa, mientras que muchos comercios y escuelas han permanecido cerrados.

Los incidentes comenzaron ayer, cuando unos desconocidos dispararon tiros de aire comprimido contra un grupo de inmigrantes, hiriendo levemente a dos de ellos. Inmediatamente después, se desencadenaron los disturbios, que se saldaron con decenas de escaparates rotos, coches dañados y contenedores de basura volcados. Los inmigrantes cortaron además algunos de los accesos a la ciudad.

DISPAROS DESDE UN BALCÓN

Al lugar de los hechos acudieron refuerzos de Policía, que todavía siguen allí para intentar mantener la calma. Aún así, esta mañana, un ciudadano italiano ha salido al balcón de su casa y ha efectuado varios disparos al aire. Algunos inmigrantes se están manifestando por las calles armados con hierros y bastones.

El origen del conflicto es la inhumana situación de los inmigrantes en esta zona del sur de Italia. La localidad de Rosarno está situada en la Piana di Gioia Tauro, donde cerca de 1.500 inmigrantes, la mayoría sin papeles y procedentes del continente africano, suelen trabajar en los campos hasta 15 horas al día y a cambio de un mísero jornal. Según han denunciado algunas organizaciones humanitarias, detrás de la explotación de estos inmigrantes estaría la Ndrangheta, la mafia local.

CRÍTICAS DEL VICARIO

El ministro de Interior, Roberto Maroni, ha anunciado que el origen del problema está en la tolerancia con que Italia ha tratado en estos últimos años el fenómeno de la inmigración clandestina, la cual, "ha alimentado por una parte la delincuencia y por otra, ha generado situaciones de fuerte degradación como la de Rosarno".

El vicario general de la diócesis de Oppido-Palmi, Pino Demasi, en cambio, ha considerado que "el problema de los inmigrantes está ligado al de la Ndrangheta". "Existe una explotación pilotada por parte de la criminalidad y esto a causa de la ausencia del Estado" en esta zona de Italia, ha asegurado.