"No podemos callar sobre los 1,4 millones de negros a los que se les niega el derecho a voto porque pasaron por la cárcel, sobre el porcentaje del 49% de adolescentes negros que no acaban los estudios, sobre que el 47% de los nuevos casos de sida son de negros...". Seis centenares de personas recitan la letanía. Es domingo y no están en un acto civil. Son feligreses y pertenecen a Trinity Church, la iglesia de Brainerd --un humilde barrio del sur de Chicago-- que con sus 8.500 miembros es la mayor congregación de negros cristianos de la ciudad y a la que hasta hace unos meses asistía el candidato Barack Obama.

El demócrata la abandonó después de que se intensificara la atención sobre su pastor, Jeremiah Wright (ahora retirado), a quien se acusó de inflamar la tensión racial. Pero si ayer mismo grupos prorrepublicanos emitían en varios estados indecisos anuncios recuperando su figura para acusar a Obama de radical, en Trinity se rezaba por ambos personajes.

Apoyar expresamente a un candidato pone en riesgo los beneficios fiscales de la Iglesia, pero caminos encuentra el señor. Y entre rezos, comunión, canciones de un impresionante coro de hasta un centenar de miembros y donaciones de una iglesia donde la prensa debe anunciar su presencia, el mensaje es cristalino. En la guía del servicio un anuncio a toda página insta a acudir a las urnas. Y en la letanía que recuerda la trágica lucha de siglos, sus mártires y las flagrantes violaciones de la democracia, se repiten dos palabras: cambio y esperanza. Realmente no hace falta más.