Arabia Saudí ha dejado en libertad a seis británicos y un belga que permanecieron más de dos años en las cárceles del reino wahabí tras ser acusados de participar en atentados antioccidentales, una versión que sólo apoyó Riad. Tras beneficiarse de la "clemencia del rey" saudí, regresaron ayer a Gran Bretaña y a Bélgica.

Las autoridades saudís atribuyeron a estos occidentales la responsabilidad de los atentados entre noviembre del 2000 y marzo del 2001, que relacionaron con el tráfico de alcohol. Pero los ataques continuaron tras su detención y Riad empezó a detener a islamistas tras dar por seguro que en el país no existía este tipo activismo radical. La liberación es, pues, una aceptación tácita de su error.