Nadie tiene la "solución mágica" para resolver la crisis de Irak, advirtió ayer la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, quien rechazó vincular el estancamiento del proceso de paz en Oriente Próximo y la violencia en Irak efectuada por el primer ministro británico, Tony Blair.

"Tenemos que ser muy cuidadosos y no decir que un avance en la cuestión israelo-palestina será una ayuda en Irak", matizó Rice en Ramstein (Alemania).

Rice también rechazó la sugerencia que hizo Blair: un acercamiento de Washington a sus archienemigos, Siria e Irán, en aras de estabilizar Irak y el resto de la región. Según la jefa de la diplomacia, ni Teherán ni Damasco han dado señal alguna de querer cooperar constructivamente en la pacificación de Irak.

Paralelamente, en Washington, el comandante supremo de las fuerzas de EEUU en Irak, el general John Abizaid, desaconsejó establecer un calendario para la retirada de los 145.000 soldados que hay en el país árabe, porque "limitaría la flexibilidad" de los mandos militares para afrontar la rampante violencia que asola el país (el martes murieron seis soldados de EEUU más). En declaraciones ante el Senado, Abizaid añadió que se dispone de "cuatro o seis meses" para reducir la actual ola de violencia.