Con la esperanza de que se calme el escándalo sexual protagonizado por su esposa con un adolescente y se esclarezcan las acusaciones de irregularidades financieras, el líder unionista y ministro principal del Ulster, Peter Robinson, ha abandonado sus funciones durante seis semanas Robinson presentó ayer la renuncia como ministro principal del Ulster con efecto inmediato durante un plazo de seis semanas.

Durante ese periodo, asumirá sus tareas la ministra de Empresa para Irlanda del Norte, Arlene Foster. Ella fue la que informó oficialmente a la Asamblea de Stormont de la decisión del líder del Partido Unionista Demócrata (DUP), quien optó por difundir poco después un comunicado grabado, explicando su decisión. Visiblemente tenso y haciendo esfuerzos para que la voz no le temblara, Robinson aludió al "drama personal" que está viviendo y al tratamiento psiquiátrico que está recibiendo en Belfast su esposa, Iris. "Mi deber como padre y marido es el de dedicarle tiempo a estos asuntos familiares", afirmó.

El político ha sido acusado de no haber notificado a las autoridades el préstamo de 55.500 euros que su esposa obtuvo de dos empresarios para ayudar a su joven amante a abrir una cafetería. Robinson rechazó las alegaciones, que ha puesto en manos de los abogados de su partido, al tiempo que aseguró haber actuado "ética y correctamente". La Asamblea de Belfast ha abierto una investigación sobre la posible violación del código de conducta de la función pública.

Lo que empezó siendo un drama familiar de infidelidad y adulterio, puede terminar convirtiéndose en una peligrosa crisis política que desbarate el frágil equilibro que sostiene la estructura institucional norirlandesa. La renuncia temporal del más importante líder unionista tiene muchas posibilidades de convertirse en definitiva, a pesar del apoyo que los miembros del DUP le dieron ayer.