El mayor gran acontecimiento jamás desarrollado en Roma, multiplicado por 10". Con estas palabras, el gobernador civil de la capital, Acchille Serra, describía el gran desafío que supone garantizar la seguridad ante la llegada de unas 200 delegaciones de alto nivel procedentes de todo el mundo. Destaca la comitiva de EEUU, con un presidente en activo --George Bush-- y dos expresidentes --Bill Clinton y George Bush padre--, además de los cientos de miles de personas, que podrían alcanzar el millón, venidos para asistir, el viernes, a los funerales de Juan Pablo II. En total 10.000 hombres velarán por unos y otros.

Una de las mayores complicaciones será garantizar la seguridad del espacio aéreo, que sufrirá severas limitaciones que afectarán a los vuelos comerciales. El Ejército italiano hará operativa una batería de misiles Hawk de medio alcance, además de helicópteros y cazas que protegerán el cielo de Roma. Asimismo, la OTAN pondrá a disposición de las autoridades italianas un avión radar Awacs.

El dispositivo en tierra estará formado por 6.500 miembros de las fuerzas de seguridad, de las que 5.000 velarán por la del público en general y 1.500 por la de las personalidades políticas. Además, cabe añadir la presencia de artificieros, tiradores de élite, unidades caninas y especialistas en amenazas químicas y biológicas, lo que eleva el número de efectivos a 10.000.

APERITIVO CON BUSH Pese a que el día clave de la operación será el viernes, hoy se producirá ya un aperitivo cuando a última hora de la tarde aterrice George Bush para entrevistarse con el presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, y el primer ministro, Silvio Berlusconi.

Lo que las autoridades no contemplan es un ambiente de contestación. "No hemos detectado elementos que puedan alterar la paz, ni posibles actos desconsiderados, porque no creo que nadie pueda escoger un teatro como este para actos de este cariz", explicó el gobernador civil.