UN CRIMEN DE HONOR

POR UN AMOR ILICITO ENCENDIO EN ABRIL LA MECHA DEL CONFLICTO ENTRE YAZIDIS Y SUNIS

LA RELACION

Duaa Jalil Aswad, una adolescente yazidí de 17 años y estudiante de Bellas Artes de Bashiqa, a 25 kilómetros de Mosul, quería casarse con Muhanna, joven musulmán. La tradición yazidí, que adora al ángel expulsado del paraíso al que cristianos y musulmanes identifican con el diablo, prohíbe los matrimonios interreligiosos. Duaa decidió abrazar la confesión suní, lo que desató la ira de su tribu.

LA LAPIDACION

La joven se refugió en casa de un clérigo yazidí por temor a ser asesinada. Pero el 7 de abril, los tíos de Duaa se presentaron ante el clérigo y le dijeron que había sido perdonada. Tras salir del edificio, Duaa fue rodeada por 13 primos suyos, agarrada por el pelo y obligada a arrodillarse. Ni su padre logró salvarla de la lapidación, que duró dos horas e incluso fue filmada con teléfonos móviles.

LA VIOLENCIA

El incidente desencadenó una cadena de episodios de violencia interreligiosa con panfletos amenazadores contra los yazidís. El pasado 22 de abril, un grupo armado de hombres detuvieron un autobús, dejaron ir a musulmanes y cristianos, y ejecutaron a 23 yazidís.