La ruptura de la pareja sentimental que han formado Ségolène Royal y François Hollande durante casi 30 años se va a prolongar en el enfrentamiento que ambos mantendrán por el control del Partido Socialista (PS). Royal quiere tomar el poder cuanto antes en un congreso adelantado, mientras que Hollande reafirmó ayer que su objetivo es continuar como primer secretario hasta la celebración, en otoño del 2008, del cónclave ordinario del partido.

Royal reveló su separación a dos periodistas de France Presse para el libro Les coulisses d´une défaite (Los secretos de una derrota), que se publica mañana. "Si pueden evitar, en sus despachos, presentar a François Hollande como mi compañero... Ya no es así. Le he pedido que abandone el domicilio, que viva su historia sentimental por su lado ... y le he deseado que sea feliz", dijo, insinuando otra relación de él, al parecer con una periodista.

El pasado jueves comenzaron a circular los rumores y el sábado Royal grabó una entrevista con France Inter para ser difundida ayer a primera hora por la radio pública. Pero todo se precipitó el domingo, en pleno escrutinio de la segunda vuelta de las legislativas. La noticia se hizo pública como si Royal fuera la fuente que la confirmara, aunque ayer negó que hubiera hecho declaraciones y se mostró molesta por la difusión --"que no es por azar", dijo-- de la separación en la noche electoral.

Pero el fondo es cierto. Royal lo confirmó en la entrevista radiofónica: "Era necesario en este momento aclarar las cosas. Lo digo simplemente: hemos decidido no estar más juntos". Aseguró que decidió dejar de lado las "dificultades" con su pareja durante las campañas de las presidenciales y las legislativas para "proteger" a sus hijos. La pareja no convive desde hace al menos dos semanas. Hollande también confirmó ayer la ruptura, sin querer añadir nada más.

La excandidata al Elíseo confía en que la clarificación de sus relaciones con Hollande sitúe en otro plano, más libre, sus aspiraciones políticas. La separación sentimental se traducirá en una ruptura política, ya que ambos divergen sobre el proceso de renovación del PS. Royal tiene prisa para acceder al cargo que dejará el padre de sus cuatro hijos y propone un adelanto del congreso a antes de las elecciones municipales de marzo del 2008. Para ello cuenta con sus fieles, los segodiputados, que han entrado en la Asamblea Nacional y con los que, con otros que están fuera, quieren crear una corriente royalista en el PS. Entre los royalistas figura su exportavoz Arnaud Montebourg, de 44 años.

VIA OPUESTA Hollande defiende otro camino: seguir en el cargo hasta el congreso de otoño del 2008, renovar mientras tanto el PS y la izquierda, con un partido que incluya a los centristas, y elegir después al nuevo dirigente. "Si se quiere hacer lo contrario, no se arreglará ni la cuestión de las personas ni la de fondo", declaró ayer en una entrevista a Le Monde, en clara referencia a su excompañera. "No dejaré personalizar un debate en el que necesitamos a todos", añadió.