Rusia recordó ayer el 65º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi con un desfile militar sin precedentes en el que participaron por primera vez las tropas de los paí- ses miembros de la OTAN, en calidad de representantes de la coalición que se enfrentó al régimen de Adolf Hitler en la segunda guerra mundial.

En un acto que parecía impensable incluso después del final de la guerra fría --en los 80-- soldados británicos, estadounidenses y franceses pisaron el empedrado de la Plaza Roja, frente al mausoleo de Lenin, junto a militares rusos y de los Estados miembros de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Además de las tropas regulares, también participaron orquestas militares de EEUU, el Reino Unido y Francia, que junto a sus colegas rusos interpretaron la Oda a la Alegría de Ludwig van Beethoven, himno oficial de la Unión Europea. La presencia de fuerzas de la OTAN frente a las murallas del Kremlin no causó protestas de los veteranos de guerra rusos, pero sí de los comunistas, que lo calificaron como farsa y traición histórica.

SIMBOLO DE NO DIVISION Sin embargo, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, quiso destacar la participación de los militares extranjeros como un símbolo más de que el mundo ya no está dividido en dos bloques. "Es un testimonio de nuestra voluntad común de defender la paz y no permitir nuevas tragedias. Solo juntos podemos hacer frente a las amenazas actuales, solo sobre la base de la buena vecindad podemos solucionar los problemas de seguridad global", dijo.

Según Medvédev, la de hace 65 años fue una "victoria moral, más que una victoria militar". "Esta guerra nos convirtió en una nación fuerte", afirmó el presidente ruso ante una treintena de líderes mundiales, entre ellos la cancillera alemana, Angela Merkel, el presidente israelí, Simon Peres, y su homólogo chino, Hu Jintao.

Si fue impresionante ver a las tropas de la OTAN desfilar por la Plaza Roja, no lo fue menos comprobar cómo el Kremlin lució sus mejores y más modernas armas. Además de 159 vehículos militares, 127 aviones surcaron el cielo a una velocidad de 550 kilómetros por hora, incluidos aparatos militares de transporte, de asalto y bombarderos.