Rusia declaró ayer que a pesar de la retirada de sus tropas del territorio georgiano, sus fuerzas de paz seguirán controlando varios puntos clave en su "zona de responsabilidad" en Georgia, y allí se van a quedar unos 500 soldados de paz para vigilar los movimientos de los soldados georgianos y las carreteras. En el marco de esas actividades, los militares rusos detuvieron en Gori al embajador de Francia en Tiflis, Eric Fournier, y no dejaron pasar a un grupo de observadores internacionales. Mientras, la retirada prosiguió a mejor ritmo que la víspera y, según la fecha oficial, culminará en 10 días.

El portavoz del Estado Mayor ruso, el general Anatoli Nogovitsin, explicó que Rusia instalará diez puestos de control en la frontera de Osetia del Sur con Georgia y otros ocho estarán dentro de territorio georgiano. "Medio millar de soldados de paz seguirán en Georgia hasta que Moscú y Tiflis no renuncien el acuerdo de 1992".

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lavrov, señaló que el Kremlin "no cerrará sus puertas" a la OTAN. "Rusia necesita la cooperación con la OTAN tanto como la OTAN necesita a Rusia.