Rusia ha lanzado hoy una nueva operación de castigo contra Georgia al destruir las instalaciones militares y navales en el principal puerto comercial georgiano, Poti, a orillas del mar Negro.Poti, que cuenta también con una terminal petrolera, se encuentra a apenas 70 kilómetros de la frontera con la región separatista georgiana de Abjasia. El alcalde de la ciudad, Iván Saguinadze, ha denunciado la "destrucción" de las infraestructuras militares y portuarias en declaraciones a la radio estatal de Georgia.Georgia acusa a Rusia de romper su promesa de alto el fuego, aunque Moscú mantiene que sus incursiones en territorio georgiano se limitan a operaciones de "exploración", ya que suspendió hace dos días las acciones militares.Saqueo de la ciudad de GoriMientras, en la ciudad de Gori, a pocos kilómetros de la frontera con Osetia del Sur, una columna de policías georgianos ha regresado para hacerse con el control de la ciudad. Allí les han recibido las tropas rusas que, según fuentes georgianas, permitieron ayer que grupos de norcaucásicos saquearan la ciudad.Cerca de 40.000 personas, el 80% de la población de Gori, huyeron de la ciudad ante el avance de las tropas rusas, según datos preliminares del Gobierno georgiano. En las imágenes de la ciudad mostradas por la televisión Rustavi-2 se veían muy pocos habitantes y numerosos carros de combates y blindados rusos en el arcén de la carretera.Retirada de las tropas rusasLas tropas rusas se comprometieron a abandonar la ciudad antes del mediodía de hoy (10.00 hora española), según las autoridades de Georgia. Rustavi-2 ha informado que las tropas rusas han comenzado a dejar la ciudad, pero ha añadido que difícilmente se cumplirán los plazos de retirada pues hay blindados dañados que no podrán ser evacuados rápidamente."Esperamos que también hoy las tropas rusas se retiren de Zugdidi (ciudad georgiana, casi en la frontera con Abjasia) y que tendremos todo el control sobre Gori", asegura Shotá Utiashvili, portavoz del ministerio del Interior.Mientras, más de doce mil refugiados han regresado ya a Tsjinvali, capital de Osetia del Sur, según fuentes rusas. Restablecer las infraestructuras"Confiscamos armas. Explicamos a la gente que la guerra ha terminado y que hay que recobrar la normalidad", asegura Borís Chochíev, vicepresidente suroseta. El suministro eléctrico a la población no quedará garantizado hasta dentro de diez días, añade, aunque especifica que las estructuras logísticas, como hornos, centros de transmisiones y órganos de seguridad tienen energía."Todos nuestros esfuerzos van dirigidos a restablecer cuanto antes las infraestructuras de la república. Cuando acabe el día volverá a haber agua. Ahora estamos intentando solucionar la entrega de ayuda humanitaria", precisa Chochíev.