Rusia ha decidido tomar las riendas de la ofensiva diplomática para intentar desactivar la crisis en Oriente Próximo. El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió ayer en el Kremlin con la ministra de Exteriores de Israel, Tzipi Livni, y conversó después por teléfono con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbás, alias Abú Mazen.

Según el comunicado divulgado más tarde por el Kremlin, Putin dijo al dirigente palestino que hará todo lo que esté a su alcance para solucionar la crisis y lograr que el Gobierno israelí y la ANP vuelvan a la mesa de negociación. Antes de su cita con el presidente ruso, Livni se había reunido con el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, quien dijo que Moscú "utiliza todos los canales posibles" para lograr la liberación del soldado Gilad Shalit, una empresa que es "el principal objetivo". La implicación de Rusia tiene lugar en momentos en que la mediación egipcia parece abocada al fracaso, a pesar de que Egipto dijo que seguirá trabajando. Los mediadores desmintieron que hubieran visto al rehén israelí.