Sadam Husein justificó ayer la ejecución de decenas de detenidos shiís de Dujail porque, tras ser juzgados, fueron hallados culpables de intentar asesinarle en 1982. El dictador pidió a los magistrados que pongan en libertad al resto de encausados. "Si fue un crimen juzgar a los que dispararon al presidente, entonces júzguenme sólo a mí y así nos ahorraremos muchos problemas", afirmó.

Sadam admitió haber arrasado las propiedades de los que fueron detenidos, y relató cómo vivió el atentado que casi le mató hace 24 años: "Vi las balas con mis propios ojos". El dictador iraquí está acusado, junto a siete de sus lugartenientes, de la matanza de más de 140 civiles shiís en Dujail y de haber torturado y confinado a unas 400 personas, entre ellas mujeres y niños. K. A.