Más apertura a la izquierda y al centro, más diversidad, pero menos paridad. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha cumplido parte de sus promesas en la formación del segundo Gobierno de François Fillon, en el que entran dos socialistas y una seguidora de François Bayrou como secretarios de Estado. El número de mujeres, sin embargo, se reduce a un tercio del Gabinete, integrado por 15 ministros y 17 secretarios de Estado.

Forzada por la dimisión de Alain Juppé al perder su escaño en Burdeos, la reorganización es más amplia de lo previsto antes de las legislativas, y el número de secretarios casi dobla lo anunciado. El hasta ahora ministro de Economía, Jean-Louis Borloo, de 56 años, releva a Juppé como número dos y único ministro de Estado encargado de la cartera de Ecología, Desarrollo y Ordenación Sostenible.

LA POLEMICA DEL IVA En declaraciones públicas, él lo ha interpretado como un ascenso, pero no todo el mundo piensa lo mismo. Tras solo un mes, abandona el importante Ministerio de Economía, desde el que cometió el error de aceptar que se estaba estudiando una subida de cinco puntos del IVA, lo que, en opinión de numerosos dirigentes de la derecha, ha costado a la mayoría la pérdida de al menos 50 diputados.

En Economía, le sustituye Christine Lagarde, liberal, de 51 años, hasta ahora en Agricultura. Expresidenta del bufete de abogados norteamericano Backer and McKenzie, uno de los más importantes del mundo, con 4.400 letrados, es la primera mujer que llega al Ministerio de Economía en Francia.

Lagarde deja paso en Agricultura a Michel Barnier, de 56 años, exministro de Exteriores y excomisario europeo de política regional y reforma institucional. Estos tres son los únicos cambios en el primer escalón, ya que el resto han sido confirmados.

El nombramiento más sorprendente es el de Jean-Marie Bockel, alcalde de Mulhouse (Alsacia) y senador socialista, al que ayer mismo el primer secretario del Partido Socialista (PS), François Hollande, consideró "excluido" del PS. Las Juventudes Socialistas lo calificaron de "traidor", al igual que a Fadela Amara, fundadora del movimiento Ni Putas ni Sumisas, exconcejal socialista de Clermont-Ferrand y alineada hasta ahora a la izquierda. Fadela Amara, de origen magrebí, como la ministra de Justicia, Rachida Dati, y Rama Yade, nacida en Senegal, integran el cupo de minorías en el Gabinete. Las tres reúnen la doble condición de pertenecer a las minorías étnicas y ser mujeres. Sin embargo, la paridad disminuye, debido a que de los 17 secretarios de Estado, solo cuatro son mujeres.

La apertura al centro se concreta en dos nombramientos, la secretaria de Estado de la Solidaridad, Valérie Létard, senadora de 44 años, que hizo campaña por Bayrou en las presidenciales, y André Santini, de 66 años, nuevo secretario de Estado de la Función Pública. Santini, centrista del grupo que pactó con Sarkozy y abandonó a Bayrou, ha sido nombrado pese a estar procesado desde el 2006 por un escándalo financiero ligado a una fundación de arte contemporáneo.

En el segundo escalón gubernamental hay sitio también para dos miembros del ala liberal de la Unión por un Movimiento Popular (UMP): Hervé Novelli, de 58 años, se ocupará de Empresas y Comercio Exterior en Economía, y Luc Chatel, de 42 años, de Consumo y Turismo.

NUEVO PORTAVOZ A propósito de la polémica del IVA social, Sarkozy se ha quejado, sobre todo, de errores de comunicación de la política gubernamental. Para enmendarlos, ha nombrado a un joven diputado de 32 años, Laurent Wauquiez, portavoz del Gobierno adscrito al primer ministro, función que la ministra de Cultura, Christine Albanel, no quería asumir.