Un estadio de fútbol, el Emirates Stadium del Arsenal londinense, fue el inusual espacio escogido para escenificar el "calor fraternal" del que gozan las relaciones franco-británicas. Si estas fueron consideradas "no solo cordiales, sino amigables" por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en su primer día de visita al Reino Unido, ayer la entente ascendió un nuevo peldaño y llegó al nivel de "formidable".

A través de ella ambos países se colocarán "en el centro de Europa", una afirmación que transmite el acercamiento de París a Londres, aunque sin que ello signifique olvidarse de Alemania, a pesar de los desencuentros de Sarkozy con la cancillera, Angela Merkel. "Vamos a trabajar codo con codo con los ingleses, pero eso no quiere decir que el entendimiento franco-alemán esté menos presente", afirmó Sarkozy en la comparecencia con el primer ministro británico, Gordon Brown.

Ambos líderes señalaron las iniciativas comunes acerca de la crisis financiera y el futuro de las instituciones internacionales. El mensaje fue que a través de la posición común en el seno de la Unión Europea (UE), los dos países pueden reforzar su posición mundial y ejercer un liderazgo con el ejemplo en los problemas que afectan globalmente: "Nuestros países están en el corazón de una Europa que queremos que mire al exterior", proclamó Brown. "Ambos estamos de acuerdo en que solo trabajando conjuntamente podemos abordar los desafíos a los que nos enfrentamos, como el terrorismo, el cambio climático, la pobreza y la enfermedad y los estados en quiebra", añadió.

ENERGIA NUCLEAR Entre las áreas en las que París y Londres se proponen profundizar su cooperación figura en un lugar destacado la energía nuclear. El Reino Unido desea aprovechar la experiencia de Francia, donde esta energía supone un 80% del total, mientras que varias empresas francesas se disponen a entrar en el mercado británico.

Tras el comunicado conjunto, Brown y Sarkozy respondieron a los periodistas. Sobre la crisis financiera, que ha dominado las conversaciones de la cumbre, los mandatarios pidieron a los bancos una mayor transparencia informativa para apaciguar los mercados. Asimismo, llamaron a reformar el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que proporcione un sistema de alerta "rápido, creíble y autorizado, para la economía mundial".