El presidente francés, Nicolas Sarkozy, garantizó ayer en Afganistán su "apoyo político y militar a largo plazo" a este país en la "guerra contra el terrorismo". Sarkozy advirtió del riesgo de una posible victoria talibán: "No podemos, no debemos perder" la guerra contra el terrorismo en Afganistán. El mandatario hizo estas declaraciones en Kabul, durante una visita sorpresa de seis horas para felicitar la Navidad a los 1.600 soldados franceses desplegados en el país.

Tras la marcha de Sarkozy llegó a la capital afgana el nuevo primer ministro australiano, Kevin Rudd, para visitar a sus 500 soldados. Rudd se entrevistó anoche con el presidente afgano, Hamid Karzai. Horas antes, Sarkozy había insinuado que Francia podría incrementar "en las próximas semanas" sus efectivos militares para derrotar a los talibanes y reclamó el máximo compromiso del resto de países. La posición de Sarkozy supone un giro en la política internacional francesa, puesto que cierra filas con EEUU y la OTAN. En Afganistán hay desplegados 60.000 soldados extranjeros.

Más de 6.300 personas, en su mayoría rebeldes talibanes, han muerto de forma violenta este año en Afganistán. Entre los fallecidos también se encuentran varios cientos de civiles, víctimas de bombardeos de la OTAN, y unos 300 soldados de la Alianza, víctimas de atentados.

DOS GRANDES PROBLEMAS Por la mañana, el presidente francés se entrevistó con Karzai. Sarkozy ofreció la colaboración de Francia para poner fin a la inseguridad, pero reclamó medidas para acabar con el cultivo de drogas. Este año correspondió a Afganistán el 93% de la producción mundial de opio, la materia prima de la heroína.

"La contribución más importante de las tropas francesas es ayudar a entrenar y a construir un Ejército afgano, una policía afgana, ayudar a la creación de una Administración afgana y un sistema judicial", subrayó Sarkozy. Francia tiene unos 1.600 soldados en Afganistán. "Lo que es cierto es que no hemos querido dar la sensación de abandonar: eso habría sido una despreciable señal cuando se ven los estragos infligidos por el terrorismo en el mundo", agregó el presidente francés.

En la entrevista de Sarkozy con Karzai, de la que la presidencia afgana emitió un comunicado, ambos mandatarios coincidieron en que los dos grandes problemas de Afganistán son el tráfico de opio y el terrorismo islamista. El presidente francés se lo comunicó así a los periodistas que le acompañaban en el avión, a los que dijo que en Afganistán se libra una guerra contra el terrorismo que los países aliados en la fuerza de la OTAN no se pueden permitir perder. "Se juegan en Afganistán dos cosas importantes: la solidez de los acuerdos entre los aliados y la guerra contra el terrorismo".

A juicio del presidente francés, hay que actuar de inmediato para que "Afganistán no se convierta en un Estado terrorista" como lo fue durante el régimen de los talibanes, entre 1996 y finales del 2001. "Se libra aquí una importante guerra contra el terrorismo, contra el fanatismo, que no podemos y no debemos perder", insistió Sarkozy. El jefe del Elíseo viajó con una importante delegación, de la que formaban parte los ministros de Exteriores y Defensa, Bernard Kouchner y Hervé Morin, así como la secretaria de Estado de Derechos Humanos, Rama Yade.

El de ayer fue el primer viaje de Sarkozy a Afganistán desde su elección como presidente de Francia el pasado mes de mayo. Asimismo, Morin expresó su preocupación por el deterioro de la situación de seguridad en algunas regiones de Afganistán.