El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, lanzó ayer una seria advertencia a los rebeldes que combaten en el Chad contra el régimen del presidente Idriss Déby. Ante una pregunta sobre una posible intervención militar del Ejército francés después de la declaración de la ONU de apoyo al Gobierno de Yamena, Sarkozy respondió con contundencia: "Si Francia debe cumplir con su deber, lo hará. Que nadie lo dude".

"El Ejército francés no está allí para enfrentarse con las armas a cualquiera, pero hay una decisión jurídica del Consejo de Seguridad. Si el Chad es víctima de una agresión, Francia tendría --uso el condicional-- los medios para oponerse a esa acción", agregó Sarkozy en unas declaraciones hechas en el municipio francés de La Rochelle, donde visitó una fábrica de Alstom. El Consejo de Seguridad adoptó el lunes por unanimidad una declaración que "condena con firmeza los ataques perpetrados por grupos armados contra el Gobierno chadiano" y "exige el cese inmediato de la violencia". Además, la declaración de la ONU "apela a los estados miembros a aportar su apoyo, conforme a la Carta de las Naciones Unidas, como ha reclamado el Gobierno del Chad".

VICTIMAS CIVILES Procedentes del este del país y apoyados por el Gobierno de Sudán, los rebeldes están en las puertas de la capital, Yamena, en la que penetraron el sábado para retirarse después. Tres días de combates han causado un gran número de víctimas civiles y la huida de decenas de miles de personas. Los rebeldes condicionan un alto el fuego a que el presidente Déby abandone el poder.

Francia desmintió ayer las acusaciones rebeldes de que su Ejército había bombardeado el lunes posiciones de los insurrectos. Un portavoz del Estado Mayor admitió únicamente haber replicado con armas de infantería a los ataques rebeldes contra convoyes de refugiados. Francia ha gestionado la evacuación de cientos de extranjeros ante el aumento de las hostilidades.