Nicolas Sarkozy cumplió su "sueño francés". Será el sexto presidente de la Quinta República con la legitimidad indiscutible que le otorga un resultado claro (53,21% de los votos) y una participación récord, superior incluso a la de la primera vuelta de hace 15 días. La candidata socialista, Ségolène Royal (46,79% de los votos), reconoció su honrosa derrota.

En su primera declaración tras la victoria, a las 20.35, Sarkozy afirmó que los franceses habían decidido "romper con el pasado" y habían "elegido el cambio", que se comprometió a llevar a cabo. En un discurso de 10 minutos, pronunciado con voz grave y la emoción en el rostro en la sala Gaveau de París, donde se habían reunido centenares de militantes de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el vencedor afirmó que será "el presidente de todos los franceses" y expresó su respeto por Royal y por los millones de electores que la han votado.

Pese a la derrota, los militantes socialistas reunidos en la Casa de América Latina de París aclamaron a Royal, que, solo tres minutos después del cierre de los últimos colegios electorales, a las ocho de la tarde, admitió la victoria de Sarkozy --"el sufragio universal ha hablado", dijo--, dio las gracias a los 17 millones que votaron por ella y se ofreció para que "lo que se ha levantado" no se pare. "Me he comprometido a una renovación profunda de la política y de la izquierda", dijo, y se mostró dispuesta a cumplir su compromiso.

QUINTO MEJOR RESULTADO La victoria de Sarkozy no ha sido finalmente tan amplia como predecían algunos de los últimos sondeos, que le otorgaban entre 9 y 10 puntos de ventaja. Pero, si se compara esta elección, por su trascendencia histórica, con la de 1981, en la que la izquierda llegó por primera vez al Elíseo con el triunfo de François Mitterrand, Sarkozy ha superado el resultado obtenido por el presidente socialista (51,8%).

De hecho, el candidato de la UMP obtiene el quinto mejor resultado en las ocho elecciones celebradas desde la fundación de la Quinta República en 1958. Además de su ventaja de la primera vuelta (31,18% frente a 25,87%), la victoria de Sarkozy se ha basado en las transferencias de votos del Frente Nacional (FN) y del centrista François Bayrou. Unicamente el 19% de los votantes de Le Pen se abstuvieron o votaron en blanco.

En cuanto a los 6,7 millones de votos de Bayrou, Sofres calcula que se repartieron al 40% entre Sarkozy y Royal, que perdió en los últimos días la ventaja que llevaba sobre su rival entre los votantes centristas. El 20% restante de los centristas se abstuvieron o votaron en blanco.

El resultado de Sarkozy queda revalorizado, además, por la altísima participación del 84,79%, la tercera más elevada en una segunda vuelta. Solo ha sido superada por el récord de 1974 (87,33%), cuando Valéry Giscard d´Estaing derrotó a Mitterrand, y ligeramente por la de 1981 (85,85%), en la revancha de Mitterrand sobre Giscard.