La huelga contra las reformas de Nicolas Sarkozy sigue, pero se ha abierto una vía de salida. El presidente de la República encargó ayer al ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, que enviara a los sindicatos una carta con el método de las negociaciones para pactar una solución a los regímenes especiales de la Seguridad Social, tras una primera jornada de paros que tuvieron una incidencia algo menor de la prevista.

Consciente de la impopularidad de la huelga, la Confederación General del Trabajo (CGT), el mayor sindicato de Francia y el de más influencia entre los ferroviarios, abrió el martes por la tarde una puerta para desbloquear el conflicto. Esta vía consistió en aceptar la negociación empresa por empresa, con la participación del Estado, la dirección de las compañías y los sindicatos, en lugar de una "negociación nacional", como exigía hasta entonces. Sarkozy, por su parte, admitió que los representantes del Estado en las empresas participasen en las negociaciones.

RESULTADO DE LAS GESTIONES Después de recibir a la CGT el martes, Bertrand se reunió ayer por la mañana con los demás sindicatos, y posteriormente acudió al palacio del Elíseo a presentar a Sarkozy y al primer ministro, François Fillon, el resultado de sus gestiones. "El presidente de la República ha considerado que había una oportunidad de que se imponga el espíritu de responsabilidad para solucionar el conflicto", declaró el portavoz de Sarkozy, David Martinon.

La situación se desbloqueó pasada la una de la tarde. "Esto avanza", declaró Fillon a esa hora, pero la huelga dista de estar acabada, ya que los sindicatos de la SNCF (la Renfe francesa) decidieron continuar hoy los paros. Ayer, la incidencia fue algo menor que la del 18 de octubre. Un 61,5% de los ferroviarios pararon ayer, según la empresa, frente a un 73,5% que lo hicieron en octubre. Ayer circularon entre el 20% y el 25% de los trenes.

En la RATP (metro y autobuses de París), hubo un 44% de huelguistas, frente a un 58% en octubre, y una media de un metro de cada cinco, aunque en varias líneas no circuló ninguno. En dos líneas del RER (cercanías) no funcionó ningún convoy y en las otras tres solo lo hicieron uno de cada 10 o dos cada hora. Salieron un 15% de los autobuses.

Las perturbaciones, pues, fueron importantes, lo que obligó a los parisienses a recurrir al vehículo privado, a veces compartido (a las 8.30 horas había 360 kilómetros de atascos en los accesos, frente a los 250 habituales), a las bicicletas propias o de alquiler, al autoestop y hasta a los patines y patinetes.

En las empresas de energía, que convocaban el paro solo para ayer, la repercusión fue asimismo menor que el 18 de octubre. A media jornada, la dirección de EDF (electricidad) contabilizó un 28% de huelguistas, frente al 43% de la huelga anterior, mientras que en GDF (gas) los huelguistas fueron un 31,2%, frente al 45,5% de octubre.

De todas formas, las negociaciones avanzan solo en el método. El Gobierno sigue inflexible en la condición de que todos los trabajadores de los regímenes especiales (medio millón y 1,1 millones jubilados) coticen 40 años para tener una pensión completa, en lugar de 37,5. Las concesiones podrían ser medidas para mejorar el poder adquisitivo, la principal preocupación.

La primera jornada de la huelga de transportes vivió también una ampliación del movimiento universitario, que se opone a la autonomía de los centros, aprobada en agosto. Ayer eran 33 las universidades bloqueadas de un total de 85 centros en Francia.