Por algo a Nicolas Sarkozy se le apoda Sarko, el americano . El presidente francés, que inició el martes su primera visita oficial a Estados Unidos, ha dejado claro su objetivo de eliminar cualquier resquicio de tensión entre París y Washington, sobre todo por la guerra de Irak, y ha comprobado que esa postura tiene recompensa. Su homólogo en la Casa Blanca, George Bush, le ha dado el trato de importante aliado y los miembros del Congreso le han recibido de pie y con una larga ovación. El discurso de Sarkozy es claro: "Quiero --dijo el martes-- reconquistar el corazón de América". En su discurso ante las dos cámaras, Sarkozy eludió mencionar la guerra en Irak y, un día antes, definió la oposición francesa a esa guerra como un "desacuerdo".