La presidencia de la República no ha moderado el carácter impulsivo de Nicolas Sarkozy. El presidente francés llamó el sábado "pobre gilipollas" a un ciudadano que se había negado a estrecharle la mano en el Salón de la Agricultura de París. El nerviosismo del inquilino del Elíseo no es ajeno a su caída en los sondeos y a las pésimas expectativas cara a las elecciones municipales, cuya campaña se abrió anoche.

El Salón de la Agricultura era uno de los lugares preferidos del expresidente Jacques Chirac, donde exhibía su carácter afable. Sarkozy, en cambio, no es gran amante del certamen, pero no podía negarse a ir. Lo inauguró el sábado con un discurso en el que propuso inscribir la gastronomía francesa en el Patrimonio de la Humanidad.

En su recorrido, saludaba con repetitivos "buenos días" y una sonrisa forzada. En un momento, una persona mayor se negó a darle la mano. "Ah no, no me toques", le dijo. "Lárgate entonces", respondió Sarkozy. "Me ensucias", lanzó el ciudadano. "Lárgate entonces, pobre gilipollas", replicó el presidente. La escena se ha conocido por un vídeo colgado en la web del diario Le Parisien.