El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha anunciado hoy algunos cambios en la polémica reforma de las pensiones que debate el Senado pero ha confirmado que se mantiene el retraso en dos años, hasta los 62, de la edad mínima legal de jubilación.

Sarkozy se ha reunido hoy en el Elíseo con el primer ministro, François Fillon, y el titular de Trabajo, Eric Woerth, entre otros altos cargos, y ha anunciado que las modificaciones acordadas costarán 3.400 millones de euros. Las reformas afectan en primer lugar a padres de familia que se hayan tomado al menos un año de baja laboral por nacimiento en los tres años siguientes al nacimiento de un hijo, para que se les mantengan las condiciones actuales de jubilación.

El acuerdo también prevé mantener las condiciones actuales para la jubilación en el caso de padres con hijos discapacitados que hayan visto afectada su vida laboral y a las madres que hayan tenido que interrumpir sus carreras profesionales para atender al cuidado de sus hijos.

NECESARIO PARA EL "EQUILIBRIO"

Las medidas se financiarán con un aumento de la retención social sobre las rentas del capital y con una modificación del impuesto sobre plusvalías de operaciones inmobiliarias, ha precisado el Elíseo, que asegura que los cambios en la reforma "mejoran" el texto sometido a la consideración del Parlamento y que, específicamente, favorecen a las madres de familia.

El Gobierno francés, sin embargo, mantiene el retraso progresivo de la edad mínima de jubilación hasta los 62 años, que califica de "componente esencial" de la reforma puesto que, sin él, "no se podrá alcanzar el equilibrio" en el régimen de pensiones vigente en Francia. "El objetivo principal es el de garantizar que se puedan financiar las pensiones de los franceses y de sus hijos", afirma la nota de Presidencia.

El anuncio del Elíseo se conoce dos días después de que haya comenzado en el Senado el debate sobre el controvertido texto de reforma de las pensiones, ya aprobado en la Asamblea Nacional y que la cámara alta prevé votar el próximo 15 de octubre. Para el día 12 hay convocada una nueva jornada de protesta -la séptima en lo que va de año- contra la reforma estrella del Gobierno que incluye ya paros indefinidos en sectores esenciales, como el transporte ferroviario y la generación y distribución de energía.