El caso Clearstream no sacará a Nicolas Sarkozy del Gobierno francés. El ministro de Interior y número dos del Ejecutivo salió ayer al paso de los rumores que apuntaban a una dimisión y señaló que "continuará su trabajo al servicio de la seguridad de los franceses", aunque eso suponga permanecer en un barco al que los escándalos amenazan con el naufragio.

Sarkozy no cree que por seguir en el Gobierno los electores franceses tomarán el camino de identificarlo con la cada vez más impopular pareja formada por el presidente, Jacques Chirac, y el primer ministro, Dominique de Villepin. Ambos se encuentran en el ojo del huracán por su implicación en la supuesta conspiración urdida para desacreditar a Sarkozy cara a las elecciones.