El Estado francés se movilizó ayer para acabar con la huelga que paraliza desde hace un mes la isla de Guadalupe y desde hace 15 días la vecina Martinica, en las Antillas francesas. Después de tres semanas de silencio e indiferencia, el presidente Nicolas Sarkozy se reunió con los parlamentarios y cargos públicos de los cuatro departamentos de ultramar, 26 personas en total, a quienes anunció una serie de medidas que incluyen una prima salarial para los más pobres y un aumento del presupuesto de estos territorios.

El primer ministro francés, François Fillon, adelantó que las 45.000 personas de Guadalupe que cobran menos de 1,4 veces el salario mínimo tendrán derecho a un aumento "cercano a los 200 euros" a través de una prima, libre de cargas, que distribuirá la patronal durante dos años y mediante el avance en todos los departamentos de ultramar del Ingreso de Solidaridad Activa (RSA), el nuevo salario mínimo asistencial aprobado para toda Francia.

OTROS 150 MILLONES Sarkozy anunció a los parlamentarios que, además, el Estado añadirá 150 millones de euros al proyecto de ley para el desarrollo de ultramar, que se discutirá en el Senado a partir del 10 de marzo. El "esfuerzo suplementario" destinado a mejorar los departamentos ultramarinos ascenderá así a 580 millones.

La huelga prosigue y durante la noche del miércoles al jueves volvieron a producirse nuevos episodios de violencia, aunque de menor intensidad que en la jornada anterior, en la que un sindicalista murió por un disparo. El incidente más grave fue el ataque a la alcaldía de Sainte-Rose, una localidad que llegó a estar aislada de las fuerzas de seguridad, que tardaron más de tres horas en recuperar el control ante la revuelta popular. Dos helicópteros tuvieron que transportar hasta Sainte-Rose a 30 gendarmes para conseguir reducir a los manifestantes.