Rumbo a estribor. Fiel a su estilo expeditivo, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, reaccionó ayer al varapalo recibido en las elecciones regionales del domingo con un cambio de Gobierno de perfil discreto pero significativo. Para frenar la fuga de votos hacia la extrema derecha o la abstención, el presidente ha incorporado al Ejecutivo a tres dirigentes de la derecha clásica y liberal. Y para enviar el mensaje de que la estrategia de la apertura a la izquierda ha acabado prescindió de uno de sus fichajes socialistas: el alto comisario para la Solidaridad Activa, la Pobreza y la Juventud, Martin Hirsch.

Menos de 24 horas después del duro veredicto de las urnas, el jefe del Estado corrigió el tiro intentando no dar la imagen de que se sentía personalmente desautorizado por los electores. El mismo Sarkozy que hace apenas una semana había dicho que "cambiar el Gobierno por las regionales sería perfectamente incoherente con la dimensión regional del escrutinio" no podía poner ahora al Ejecutivo patas arriba o prescindir de sus ministros más emblemáticos. Pero al mismo tiempo no podía mirar hacia otro lado como si los franceses no hubieran expresado su descontento. Sobre todo teniendo en cuenta que entre los candidatos regionales trasquilados había una veintena de ministros y de secretarios de Estado.

El primero en pagar la factura ha sido el titular de Trabajo, Xavier Darcos, que obtuvo un desastroso 28% de los votos en Aquitania. Su puesto será ocupado por el ministro del Presupuesto, Eric Woerth, un fiel escudero sarkozista. Las incorporaciones más simbólicas son sin duda las de François Baroin, un chiraquista que ocupará la cartera del Presupuesto, y Georges Tron. Este último, próximo a la corriente del exprimer ministro Dominique de Villepin, será nombrado secretario de Estado para la Solidaridad y la Función Pública, adscrito al Ministerio de Trabajo.

"DEMASIADA CORRIENTE" Ambos se han mostrado muy críticos con la estrategia de apertura a la izquierda de Sarkozy que, según Baroin, ha generado "demasiada corriente de aire" en el partido del Gobierno, la Unión por un Movimiento Popular (UMP). También han censurado las reformas de Sarkozy, a quien han pedido que ponga el freno y se concentre en las más insoslayables, como las pensiones o la corrección del déficit.

Este viraje a la derecha va acompañado de un guiño a los centristas liberales con la elección de Marc-Philippe Daubresse como ministro para la Juventud. Otros fichajes socialistas de Sarkozy, como Bernard Kouchner (Exteriores), Eric Besson (Inmigración) y Fadela Amara (Ciudades), siguen. De momento.