Nunca había ocurrido en las 23 reformas de la Constitución de la Quinta República francesa. El presidente Nicolas Sarkozy consiguió ayer sacar adelante la anhelada revisión de casi la mitad de los 89 artículos de la Carta Magna por un solo voto. Ahora, las miradas se vuelven hacia el exministro Jack Lang, el único socialista que había dicho que iba a votar sí.

El Congreso (suma de la Asamblea Nacional y el Senado) reunido en Versalles aprobó la ley por 539 votos a favor y 357 en contra. Los 539 votos favorables solo superan en uno la mayoría requerida de tres quintos, que estaba fijada en 538 sufragios tras haber votado 905 parlamentarios, de los que nueve optaron por la abstención.

REFORMADA EN 23 OCASIONES Un "¡oh!" de sorpresa se oyó cuando el presidente del Congreso, Bernard Accoyer, leyó el resultado de la votación, que, a criterio de la mayoría, moderniza las instituciones, otorga más poderes al Parlamento y concede nuevos derechos a los ciudadanos. La Constitución ha sido reformada 23 veces desde su aprobación en 1958, la mayoría, 18 revisiones, desde la presidencia de François Mitterrand hasta ahora. Bajo Charles de Gaulle solo se retocó en tres ocasiones y en dos con Valery Giscard d´Estaing en la presidencia. Pero nunca había habido la incertidumbre que se vivió ayer. En un clima de suspense, el Congreso se reunió en la sala del mismo nombre del palacio de Versalles, la residencia del Rey Sol, pero también el lugar donde, el 29 de enero de 1875, se proclamó la República, también por un solo voto de diferencia.

"Nuestra Constitución no es de derechas ni de izquierdas. Es nuestra ley fundamental", dijo el primer ministro, François Fillon, al presentar el texto. Hizo una llamada a la responsabilidad y a la cohesión, ya que algunos parlamentarios de la mayoría habían expresado su voluntad de rechazar la reforma, aunque en los últimos días casi todos habían sido convencidos uno a uno, según la oposición con amenazas y presiones. Fillon aseguró que del debate solo quedaría una reforma que da más poder al Parlamento y más derechos a los ciudadanos o la consagración del statu quo. "Lo demás es literatura", lanzó, en alusión a los argumentos contrarios de la izquierda. La mayoría de los centristas y los radicales de izquierda (aliados de los socialistas) anunciaron su voto a favor.

En nombre del Partido Socialista (PS), el diputado Arnaud Montebourg, en un brillante discurso que mereció la felicitación del portavoz de la derecha, rechazó la reforma porque instaura una "monocracia" con más poderes para el presidente y no para el Parlamento, dijo, sino solo para la mayoría parlamentaria. Montebourg aseguró que los nuevos derechos ciudadanos se quedan cortos. Los socialistas no consiguieron que Sarkozy y la mayoría aceptaran una reforma del Senado, dominado siempre por la derecha por el peculiar sistema de elección en segundo grado. El Partido Socialista quería sobre todo asestar un golpe a Sarkozy, que el presidente ha esquivado por poco.

El portavoz del PS en la Asamblea Nacional, Jean-Marc Ayrault, consideró el resultado "casi patético", incidió en que los nuevos poderes son solo para la mayoría parlamentaria y aseguró que, con su voto favorable, Lang "ha cruzado el Rubicón". Sarkozy manifestó que no se trataba de una votación de unos contra otros. "Es la democracia francesa la que ha ganado", afirmó desde Dublín.