Diez meses después de su llegada a la presidencia de la República, Nicolas Sarkozy se somete hoy a la primera prueba electoral de su mandato. Cuarenta millones de franceses y de ciudadanos de la Unión Europea inscritos en el censo tienen la oportunidad de votar en la primera vuelta de las elecciones municipales, con todos los pronósticos favorables a la izquierda. La única incógnita es la magnitud de la derrota del partido gubernamental, la Unión por un Movimiento Popular (UMP).

Ante este ambiente de derrota anunciada, Sarkozy ha intentado ponerse la venda antes de la herida. "Yo no soy candidato a las municipales", dijo el jueves en una visita a Vesoul (Alto Saona), olvidando que hace solo dos meses anunció que haría campaña un día de cada dos para sostener a los representantes de la UMP. Pero la falta de resultados de su política económica --singularmente, el bajo poder adquisitivo-- y su consiguiente bajada de popularidad han llevado a muchos candidatos de la derecha a ocultar las siglas UMP y a confiar en que el presidente no se acercara a sus mítines.

DESEADO FILLON El que sí lo ha hecho ha sido el primer ministro, François Fillon, que aventaja en 20 puntos de popularidad a Sarkozy. Antes denostado, ahora deseado, Fillon ha recorrido Francia lanzando ataques contra los socialistas, a quienes ha acusado de "mantener un clima de casi guerra civil". No en vano los socialistas son los grandes favoritos, pese a sus discrepancias internas y a su falta de liderazgo. El Partido Socialista (PS) gobierna ahora casi la mitad de las ciudades de más de 20.000 habitantes y aspira a recuperar algunas cuantas de la cuarentena que la derecha conquistó en el 2001, el último escrutinio celebrado en el que perdió París y Lyón.

La más importante de esas ciudades que el PS pretende arrebatar a la derecha es Marsella, donde el socialista Jean-Noël Guerini lucha codo a codo con el alcalde Jean-Claude Gaudin (UMP), al frente del ayuntamiento desde 1995. Los socialistas tienen también posibilidades en Toulouse, Estrasburgo, Rouen, Caen, Tarbes, Périgueux, Saint-Etienne y Pau, mientras que la derecha retendrá probablemente Burdeos, Niza y Tolón. París y Lyón seguirán en manos del PS, con Bertrand Delanoë y Gérard Collomb en la alcaldía, respectivamente.

A nivel global, los últimos sondeos realizados dan entre tres y cinco puntos de ventaja a la izquierda. Un 32% frente al 27% de la derecha, y el 21% de otros, según la encuesta de Opinionway para el periódico francés Le Figaro. El sondeo de CSA-Dexia para Europe 1 y el diario Le Parisien otorga un 44% a la izquierda y un 41% a la derecha.