A seis meses de las elecciones presidenciales francesas, el ministro de Interior y virtual candidato de la derecha, Nicolas Sarkozy, ha puesto en marcha la cosechadora de votos echando mano del clásico y siempre efectivo discurso de la mano dura ante la inseguridad ciudadana. Ayer anunció que ha retirado a los mozos de equipaje musulmanes el permiso para entrar en la zona reservada del principal aeropuerto de Francia, Roissy-Charles de Gaulle. Bajo el argumento de que integristas islámicos pueden infiltrarse entre los maleteros y acceder a las pistas de despegue y aterrizaje, el ministro dijo haber inhabilitado a 43 trabajadores musulmanes para acceder a la zona donde se carga y descarga el equipaje. "No podemos permitir que personas que tienen una práctica radical trabajen en una plataforma aeroportuaria", justificó Nicolas Sarkozy.