El Partido Socialdemócrata (SPD) y la oposición cristianodemócrata (CDU-CSU) acordaron ayer en Berlín abrir una etapa de diálogo para establecer una coalición que garantice un Gobierno sólido y estable en Alemania, a pesar de que ni Gerhard Schröder ni Angela Merkel han cedido en sus ambiciones de hacerse con la cancillería. "De concretarse una gran coalición no sería una solución de transición, sino un Gobierno capaz de regir el país los próximos cuatro años", dijo Edmund Stoiber, presidente de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU).

La presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU), Angela Merkel, dijo que la reunión se hizo en "un ambiente constructivo y cordial", pero lo cierto es que ambos bloques mantienen sus posiciones y se arrogan el derecho de encabezar un posible Gobierno de "gran coalición".

El primer encuentro de los candidatos más votados en las elecciones generales celebradas el pasado domingo duró aproximadamente una hora, y en él participaron también el presidente del SPD, Franz Müntefering, y el líder bávaro Stoiber.

DIVIDE Y VENCERAS Müntefering reiteró el derecho de su partido a encabezar el Ejecutivo y apuntó que el objetivo del SPD es "gobernar con Schröder como canciller y aplicar la mayor parte posible" del programa electoral del partido. Schröder comparte este criterio y así lo aseguró a la salida de la reunión, celebrada en Berlín.

El SPD se define como la fuerza más votada porque considera que la CDU y la CSU son dos partidos distintos, cada uno con sus propios estatutos y dirigentes, pese a que en el Bundestag --Parlamento federal-- forman un solo grupo parlamentario. El argumento es jurídicamente válido, pero los conservadores ven en él un intento de "golpe" de los socialdemócratas para dividir a la oposición y "autoconcederse una victoria que no obtuvieron", según Stoiber.

Müntefering desmintió que su partido esté empeñado en una maniobra para dividir a la alianza opositora y, junto con Schröder, apostó por mirar al futuro y "hablar de contenidos". En ese sentido, dijo que el nuevo Gobierno debe seguir adelante con "las reformas que Alemania necesita en tiempos de globalización" y dijo que esos cambios deben hacerse "con sentido social". Schröder apuntó que aquellos que se identifican con ese tipo de reformas han sido favorecidos por el electorado. A su juicio, "deben dirigir el nuevo Gobierno". El canciller considera, además, que Alemania tiene una responsabilidad especial por su peso internacional y su responsabilidad en Europa. Habida cuenta de que se trata del país europeo con la mayor economía y la población más numerosa, "necesita contar con un líder que actúe de forma sólida e independiente", resaltó Schröder. También recalcó que la alianza que salga de la negociación debe ser lo bastante estable como para aguantar toda la legislatura.

Stoiber defendió que la persona capaz de cumplir con esas tareas es Merkel, y añadió que "la cuestión de quién lidera el Ejecutivo se debe aclarar al principio de las negociaciones, no al final". En la misma dirección, Merkel se declaró convencida de que Schröder "reconocerá con el tiempo que su partido no fue el más votado en las elecciones y dejará de reclamar para sí la jefatura de Gobierno". "Tal vez es difícil de reconocer, pero necesitan todavía un par de días", dijo la líder de la CDU.

REUNION EL MIERCOLES Merkel reclamó de nuevo su derecho a formar Gobierno y se mostró convencida de que, en caso de ser cancillera, Schröder no se sentará a su lado. "No creo que Schröder tenga la intención de ser vicecanciller", dijo.

En lo que sí coincidieron socialdemócratas y cristianodemócratas fue en la necesidad de seguir conversando. Los líderes de ambos partidos se citaron para analizar "contenidos" en una nueva cita que tendrá lugar, probablemente, el miércoles.