El proceso hacia la posible creación de una nueva gran coalición en Alemania ha empezado con mal pie. Cuando las posturas entre conservadores (CDU) y socialdemócratas (SPD) parecían empezar a acercarse, vuelve la desconfianza. Visiblemente molesto, el líder socialdemócrata, Martin Schulz, desmintió ayer los informes publicados por el diario Bild que aseguraban que la negociación para un nuevo Gobierno ya era un hecho. «No es automático que haya una nueva gran coalición», avisó.

Según el tabloide alemán, Angela Merkel y Martin Schulz pactaron empezar las negociaciones en la reunión que el jueves mantuvieron con el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier, y el líder de los conservadores bávaros, Horst Seehofer.

Esa información no gustó nada a Schulz, quien señaló a sus antiguos socios de Gobierno como responsables de una filtración pública que considera «inaceptable».

Tras conocer la noticia, Schulz llamó a la cancillera alemana. Poner informaciones «falsas» en circulación, aseguró entonces, solo contribuye a destruir la confianza entre ambos partidos. Una confianza ya mermada por las heridas abiertas a consecuencia de la polémica del glifosato, después que el pasado lunes el ministro de Agricultura, el conservador Christian Schmidt, votase en Bruselas a favor del uso del herbicida sin consultar antes con Angela Merkel ni escuchar las críticas del SPD.

El escepticismo sigue siendo mayúsculo dentro de las filas socialdemócratas. El sector pragmático del partido ve otra gran coalición como una oportunidad de impulsar sus políticas sociales. El 39% de los alemanes reconocían ver ese pacto entre partidos con buenos ojos.

Pero otra parte del partido ve el acuerdo como una claudicación que volverá a golpear la credibilidad del SPD y que impedirá un proceso de renovación necesario tras años de duro desgaste. En la última década, el SPD ha pasado de obtener el 34,2% de los votos al 20,5% actual, su peor resultado histórico.

LAS LÍNEAS ROJAS / Así, la cúpula de la formación socialdemócrata más antigua de Europa presentará el lunes una moción con sus líneas rojas y planteando cómo proceder. Tal y como propuso Martin Schulz, serán los delegados del SPD quienes voten el documento en el congreso federal que el partido celebrará en Berlín del 7 al 9 de diciembre. Un sí significará vía libre oficial a las negociaciones. Para los días 10 y 11 de diciembre, la CDU pedirá una reunión «sin condiciones previas».

Voces de la cúpula conservadora pidieron en un principio paciencia para que los socialdemócratas puedan cambiar su posición mostrada en un principio. Schulz, insistente en que todas las opciones siguen sobre la mesa y reiteraron que «hay tiempo». Sea cual sea la salida a este proceso, se tratará de la formación de Gobierno más lenta de la historia de Alemania.