Los secuestros en Irak alcanzan ya a lo más alto, al Gobierno. Unos hombres armados secuestraron ayer en su domicilio a primera hora de la tarde al viceministro iraquí de Sanidad, el chií Ammar al Safar, dirigente del partido Dawá, del que forma parte también el actual primer ministro, Nuri al Maliki.

Según los testigos, los asaltantes vestían uniforme del Ejército iraquí. El secuestro de Al Saffar, que hace 2 años sobrevivió a un atentado, se produjo solo un día después de que otro destacado dirigente chií, Ali al Adhadh, miembro del todopoderoso Consejo Supremo de la Revolución Islámica Iraquí, fuera abatidos a tiros en Bagdad.

La acción sucede además al secuestro de más de 100 funcionarios del Ministerio de Educación Superior, cometido por hombres vestidos de policías el pasado martes. Todavía permanecen desaparecidos más de 60 rehenes.

Entre tanto, ayer llegó a Bagdad el ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid al Mualem. Una visita, la primera que realiza un ministro de Damasco desde la caída de Sadam Husein, que ha sorprendido en medios políticos. En este sentido, tanto el Gobierno iraquí como Washington acusan a Siria e Irán de apoyar a la insurgencia.