El pirata aéreo Ozgur Gencarslan, de 22 años, que secuestró la madrugada del sábado un avión de la compañía Turkish Airlines sufre una enfermedad mental, según informaron ayer fuentes del Gobierno griego. La policía de Atenas consiguió poner un buen final a una aventura que tuvo en vilo a 203 pasajeros y a los gobiernos de Turquía y Grecia durante más de tres horas.

El aparato, un Airbus 310, había despegado de Estambul con destino a Ankara en la noche del viernes. Gencarslan, armado con unos cartuchos que posteriormente se pudo comprobar que no estaban conectados, obligó a los pilotos a desviar el avión a la ciudad costera de Izmir y posteriormente a Atenas, con la intención de repostar combustible. El ministro griego de Exteriores, Yorgos Papandreu, desmintió que el secuestrador tuviese intención de viajar a Alemania como informaron algunas fuentes.

Varios de los pasajeros del aparato secuestrado pudieron comunicarse con el exterior a través de teléfonos móviles, de manera que incluso dos de ellos pudieron ser entrevistados por la televisión turca mientras se encontraban retenidos por Gencarslan en el interior del aparato.

Un comunicado realizado por el Ministerio turco de Transportes indicó que el secuestrador, identificado por medios griegos como de origen kurdo, tiene a su madre y una hermana presas en una cárcel turca. Entre los 194 pasajeros se encontraban tres diputados del Parlamento turco.