La crisis abierta entre Al Fatá y Hamás empeoró ayer con el intercambio de acusaciones entre sus dirigentes y con cientos de seguidores de ambos bandos enfrentándose a pedradas y cócteles molotov en las calles de Gaza. Las declaraciones formuladas el viernes por la noche por el jefe del buró político de Hamás en el exilio, Jaled Mechaal, en las que acusaba al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás (alias Abú Mazen ) de colaborar con Israel, inflamaron hasta el límite las ya caldeadas relaciones institucionales.

Rafiq Huseini, asesor de Abú Mazen, viajó ayer a Gaza para intentar apaciguar en una reunión de urgencia la crisis abierta entre el Gobierno y la presidencia de la ANP, la peor desde que el movimiento islamista se hizo con el poder, el pasado 29 de marzo. El detonante del enfrentamiento fue el veto de Abú Mazen a la creación de una nueva fuerza de seguridad palestina por parte de Hamás y al nombramiento de Jamal Abu Samhadana, uno de los hombres más buscados por Israel, para dirigirla.

Las acusaciones de Mechaal contra el presidente palestino añadieron más leña al fuego a la tensa situación ya existente, y provocaron la salida a la calle de decenas de milicianos de Al Fatá en los territorios palestinos. Los incidentes se iniciaron cuando estudiantes de ambas facciones comenzaron a lanzarse piedras y cócteles molotov. El choque dejó una veintena de heridos y evidenció la incapacidad de la policía para controlar los choques entre ambas facciones.