Los días de la frontera abierta se han acabado" en EEUU, aseguró el senador republicano Jeff Sessions, tras la votación de la cámara alta del Congreso estadounidense del miércoles, que respaldó la construcción del polémico muro en la frontera con México, con el que Washington espera impedir la entrada de inmigrantes sin papeles. El Senado aprobó una enmienda que da luz verde a un muro de 595 kilómetros, compuesto por tres vallas y complementado con 800 kilómetros más de barreras, para impedir el paso de vehículos durante los debates sobre la reforma de la ley de inmigración.

Construir muros "envía el mensaje equivocado sobre quiénes somos y lo que defendemos como estadounidenses", criticó el senador demócrata Edward Kennedy. Sin embargo, el muro se levantará aunque su extensión final aún no se sepa, ya que dependerá del acuerdo final que alcancen las dos cámaras del Congreso. En diciembre, la Cámara de Representantes ya aprobó construir esta barrera, pero con el doble de extensión que la respaldada por el Senado. La Casa Blanca apoyó la medida.

Actualmente existen 115 kilómetros de muro ya construidos, aunque en precario estado de conservación, a lo largo de los 3.200 kilómetros de frontera entre EEUU y su vecino del sur. Sus defensores, como el senador Sessions, aseguran que ha logrado limitar la inmigración ilegal en San Diego (California) y también el narcotráfico. A juzgar por la votación de la cámara alta, 83 contra 16, la mayoría de los senadores suscriben esta tesis, por lo que respaldaron levantar el muro en lugares estratégicos de la demarcación sur del país, aquellos por los que se cuela un mayor volumen de ilegales.

Actualmente, hay 12 millones de inmigrantes sin papeles en EEUU, y cada año, entre 500.000 y un millón más entran en el país, principalmente a través de la frontera con México que ahora se quiere sellar. Levantar cada milla de muro (1,6 kilómetros) costará 3,2 millones de dólares (2,49 millones de euros), con lo que el plan le costaría al Estado 1.184 millones de dólares (935 millones de euros) según estimaciones republicanas.

Bush envió ayer al Congreso su petición oficial de 1.900 millones de dólares para financiar el refuerzo de la seguridad en la frontera, una suma que servirá para "pagar a los primeros 1.000 a 6.000 agentes nuevos de la Patrulla Fronteriza que se desplegarán en los próximos dos años", dijo la Casa Blanca. Con ella, se financiará también el envío de hasta 6.000 miembros de la Guardia Nacional que apoyarán a la Patrulla Fronteriza.

PREOCUPACION DE FOX El Gobierno del presidente Vicente Fox, por su parte, enviará hoy una carta a Washington en la que expresará la "preocupación" de México por la decisión del Gobierno estadounidense. "Llegamos a la conclusión de que era necesario enviar esta nota indicando nuestra preocupación con una serie de puntos específicos", declaró el ministro de Exteriores, Luis Ernesto Derbez.