La Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos sufrió ayer un drástico vapuleo por parte del Senado, que la acusó de haber exagerado o basado en informaciones falsas sus conclusiones de antes de la guerra sobre el arsenal de destrucción masiva que poseía Irak. El presidente George Bush empleó como justificación para invadir ese país la necesidad de destruir esas armas, que no han aparecido.

En un cáustico informe de 500 páginas, el Comité de Inteligencia del Senado adjudica a la CIA la responsabilidad de las exageraciones y mentiras sobre las armas de Irak, y asegura "no haber encontrado pruebas" de que la Casa Blanca o sus colaboradores presionasen a la agencia de espionaje para que alterase sus conclusiones sobre Irak.

CHENEY, EXONERADO El informe exonera al vicepresidente, Richard Cheney, de todo intento de presión en este sentido sobre los analistas de la CIA, en sus visitas a la sede de la agencia.

No obstante, el senador demócrata John Rockefeller, de Virginia Occidental, afirmó que "si la Cámara hubiera sabido lo que ahora sabe", "no habría autorizado esa guerra con 75 votos" (sobre un total de 100). El presidente Bush por su parte, sin mostrar entusiasmo juzgó "útil" el contenido del documento, pero volvió a insistir en que Sadam Husein tenía la capacidad y la intención de fabricar armas de destrucción masiva.

El informe no juzga el uso que hizo la Casa Blanca, durante los prolegómenos de la guerra de Irak, de la información suministrada por la CIA. Este tema, de obvia influencia electoral, será objeto de un segundo informe cuya publicación se hará tras los comicios presidenciales del 2 de noviembre, según dijo ayer la cadena televisiva CNN.

El varapalo a la CIA del Senado se dirige contra su director, George Tenet, por rechazar las opiniones contrarias de otras agencias de espionaje sobre el arsenal de Sadam Husein. Tenet, que ya dimitió, abandonará su puesto mañana.

IDEAS PRECONCEBIDAS El informe acusa a la CIA de haber sido víctima de ideas preconcebidas sobre la existencia de ese arsenal, algo que la llevó a concentrarse en los datos que apoyaban sus ideas e ignorar los que las contradecían. Como consecuencia, su estimación sobre las armas de destrucción masiva de Sadam en octubre de 2002 fue "exagerada o no apoyada por datos de los servicios de espionaje".

Desde 1998, cuando los inspectores de la ONU abandonaron Irak, el espionaje de EEUU se quedó sin medios para evaluar los programas de armas de Sadam. Y basaron sus conclusiones en datos de servicios extranjeros y en afirmaciones de exiliados iraquís, ansiosos por ver su país invadido por Washington para derrocar a Sadam.

Mientras, la muerte de un soldado estadounidense herido en combate en Bagdad elevó ayer a 1.000 la cifra de muertos en las filas de EEUU y sus aliados desde marzo del año pasado. De acuerdo con las cifras del Pentágono, las tropas estadounidenses han tenido 880 bajas mortales, de las cuales 657 fueron a manos del enemigo. El Reino Unido ha perdido al menos 60 militares y España 11, (además de dos periodistas). El resto, 49 muertos se reparten entre otros países participantes en la coalición. Italia, con 19, Ucrania con 7, y Polonia y Bulgaria con 6 cada uno, forman el grupo más numeroso.

Hasta el martes pasado, las tropas estadounidenses habían tenido 5.394 heridos, de los cuales 2.263 pudieron volver a sus obligaciones dentro de las 72 horas siguientes.