Pauline Hanson, una senadora ultraderechista australiana, ha llegado este jueves al Parlamento de su país ataviada con un burka. Hanson se ha exhibido así como parte de su particular cruzada para ilegalizar el velo islámico y todas las vestimentas que llevan las mujeres musulmanas.

La política ha permanecido en su escaño cubierta por el velo negro durante unos 20 minutos, antes de tomar la palabra y quitárselo para pedir que sea prohibido por razones de seguridad.

"Si una persona lleva un pasamontañas o un casco en un banco o en un edificio, o incluso en un tribunal, se lo tiene que quitar. ¿Por qué no pasa lo mismo con alguien que se cubre la cara y no puede ser identificado?", ha preguntado durante su comparecencia en el hemiciclo.

El fiscal general, George Brandis, ha reprendido en su turno de palabra el espectáculo de la política de Una Nación, partido ultraderechista que cuenta con otros tres escaños en la Cámara.

MEDIO MILLÓN DE MUSULMANES

"Les advierto y les aconsejo que tengan mucho cuidado con ofender las sensibilidades religiosas de los australianos", en referencia a las leyes contra la discriminación racial y protección de libertad religiosa, ha dicho Brandis al cifrar en medio millón los australianos musulmanes, entre los aplausos del resto de miembros del Legislativo.

Hanson ha hecho alusión a cuestiones de seguridad para justificar su discurso racista. La senador ultra, que ya ganó protagonismo en los años 90 por su oposición radical a la inmigración asiática y a las peticiones de asilo, ha dedicado sus esfuerzos a prohibir las prendas islámicas en estos últimos años.