Se entiende que los alemanes estén angustiados: saben que ninguno de los candidatos tiene la solución a los graves problemas estructurales que afectan al país. Con Schröder ganarían tiempo, pero sin garantías de solución real. Merkel representa la purga de ricino neoliberal, pero nadie está seguro que eso sea necesario ni conveniente. A ésta la desprecian los wessies (alemanes del Oeste, de la ex-RFA) por ser ossie (del Este, de la ex-RDA). Cómo debe estar Alemania para que una política del Este venda la panacea. Pero los ossies tampoco la quieren; se sienten inseguros con el neoliberalismo y echan de menos al todopoderoso Estado protector.

Es difícil ser alemán en esta época, quién lo iba a decir.

*Profesor de Historia.