Los servicios secretos italianos sobornaron a los talibanes en Afganistán para evitar ataques contra las fuerzas de su país, pero ocultaron estos pagos a los franceses que sustituyeron a estas tropas en el 2008, según ha publicado hoy el diario The Times.

El periódico británico señala que la existencia de estas aportaciones clandestinas, que ascendieron a decenas de miles de dólares, fue revelada por fuentes militares occidentales.

Las fuerzas italianas estaban en el área de Sarobi, al este de Kabul, y el año pasado fueron reemplazadas por militares de Francia, que al mes de llegar fueron víctimas de una emboscada de insurgentes en la que 10 soldados franceses perdieron la vida.

PROTESTA DIPLOMÁTICA

De acuerdo con The Times, los servicios secretos de EEUU quedaron muy sorprendidos cuando descubrieron a través de conversaciones telefónicas intervenidas que los italianos estaban sobornando a los talibanes, especialmente en la provincia de Herat, al oeste.

En junio del 2008, semanas antes de la emboscada, el embajador de EEUU en Roma hizo una protesta diplomática al Gobierno de Silvio Berlusconi sobre esta supuesta táctica en Herat, ha añadido el diario.

Sin embargo, varios oficiales de la OTAN han indicado a The Times que esta operación que se descubrió después que también se hicieron pagos clandestinos en el área de Sarobi.

SITUACIÓN DE SEGURIDAD

Según pudo saber el rotativo, los franceses no estaban al tanto de estos sobornos, por lo que hicieron una catastrófica e incorrecta evaluación de la situación de seguridad en la zona.

"Bien puede tener sentido comprar a un grupo local (...) para reducir la violencia. Pero es una locura hacerlo y no informar a tus aliados", ha dicho una fuente de la OTAN.

La emboscada contra los franceses fue el 18 de agosto del año pasado en una zona montañosa a unos 50 kilómetros de Kabul.

Una fuente ha informado al rotativo que "el servicio de inteligencia italiano hizo pagos, no fue el Ejército italiano. Eran pagos regulares de decenas de miles de dólares a comandantes insurgentes. Era para impedir víctimas italianas que podían causar dificultades políticas en casa". "Los italianos nunca lo reconocieron, si bien había comunicaciones telefónicas interceptadas sobre eso", ha agregado.