El primer ministro israelí, Ariel Sharon, aplazó ayer una reunión de su Gobierno en la que se tenía que discutir sobre el trazado del muro en construcción que separa Israel de Cisjordania. La suspensión se achacó a la "presión" de Estados Unidos, aunque en medios políticos se atribuye al deseo de Washington de quedar bien en el mundo árabe tras vetar, el martes, una resolución de la ONU contra la deportación del presidente palestino, Yasir Arafat.