Ariel Sharon prosigue su alucinante viaje al centro. Afirmando estar dispuesto a efectuar "dolorosas concesiones", el primer ministro israelí aceptó la creación de un Estado palestino sobre el 42% de Cisjordania y gran parte de la franja de Gaza y respaldó explícitamente por primera vez el plan de paz que el presidente estadounidense, George Bush, hizo público en junio.

En una conferencia el miércoles por la noche y en un encuentro con periodistas israelís ayer, Sharon dio la razón a los que en junio afirmaron que el discurso de Bush parecía dictado por el Likud. Sólo en un aspecto disintió con EEUU: su negativa a la imposición de plazos. Sharon no ve necesario que la creación del Estado provisional palestino sea en el 2003.

CONDICIONES OBLIGATORIAS

Porque antes de proclamar ese Estado provisional, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) tiene que cumplir unas condiciones obligatorias. Si los palestinos detienen "el terrorismo" --es decir, la Intifada-- y cambian de liderazgo --que Yasir Arafat se retire-- Sharon está dispuesto a formar un Gobierno de unidad tras las elecciones del 28 de enero que base su programa en los parámetros propuestos por Bush.

Como era previsible, las palabras de Sharon generaron un rechazo unánime desde la extrema derecha hasta los palestinos, pasando por el Partido Laborista.